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Imagen extraída de http://roleplayjuridico.com/ |
Un informe grafológico de
personalidad suele solicitarse habitualmente para conocer a quien escribe, pero
este conocimiento puede hacerse por diferentes motivos: Porque se quiere
establecer una relación comercial o laboral con la persona, para conocernos en mayor
profundidad, para conocer a nuestra pareja, amigo…
No obstante,
en algunas ocasiones, los informes de personalidad pueden ser requeridos
también en los Tribunales de Justicia. Algunos ejemplos de este tipo de informes
“pericial-grafológicos” podrían ser:
o
En los casos de separación, para establecer el
perfil psicológico de un miembro de la pareja o de los hijos.
o
En casos de acoso, para valorar hasta qué punto
en la personalidad del presunto acosador hay rasgos que indiquen que podría
haber llevado a cabo los actos que se le imputan. También para comprobar si el
acoso al que ha sido sometida la víctima le ha afectado a nivel psicológico.
o
Cuando hay causas abiertas por malos tratos,
tanto a nivel de pareja como hacia los hijos o cualquier familiar, el informe
nos permitirá aislar señales de agresividad, crueldad, etc. en el presunto
agresor o ver las secuelas psicológicas que podría haber causado a las
víctimas.
o
Y en cualquier otra situación donde se estime
oportuno por parte de alguna de las partes actoras del procedimiento judicial
por considerarse útil el informe pericial grafológico como prueba.
A lo largo de
mi ejercicio profesional he tenido algunos casos judiciales en los que se me ha
requerido como grafóloga y no como perito calígrafo.
En una ocasión
se trataba de un caso de acoso en que una chica era presuntamente acosada por
uno de los jefes de su empresa. Antes de presentar una denuncia por acoso sexual,
sus abogados optaron por solicitar un informe grafológico de personalidad
porque tenían una nota manuscrita del presunto acosador y pensaron que quizás
mediante ella podría describirse el perfil psicológico del demandado y que ello
facilitaría su causa.
Del estudio del escrito y la firma que
le acompañaba, pudimos establecer que la personalidad del encausado cuadraba
con rasgos personales de perturbación sexual. El estudio grafológico describía
a una persona con gran facilidad para tomarse libertades e invadir el terreno
de los demás sin que éstos se lo permitieran.
Una vez realizado el informe, los
abogados lo presentaron a la empresa con el fin de frenar la situación y evitar
el proceso judicial.
Otro caso de corte similar en el que he
trabajado, es el de una chica que estaba separada y su ex-marido le enviaba
cartas manuscritas continuamente con amenazas de todo tipo. En la escritura se
veía una grave perturbación con obsesiones, que hacían a la chica temer por su propia vida e incluso por la
integridad de la hija que tenían en común. Solicitó que le elaborase un informe
grafopatológico y de personalidad para utilizarlo en la causa judicial de
separación.
La variedad de casos en los que un
informe grafológico puede ser útil es amplia (he trabajado con la letra de un
niño que maltrataba a los padres…., una profesora que acosaba a los alumnos…)
En la mayoría de ocasiones estos
informes se utilizan como prueba judicial, sin que tenga que intervenir el
grafólogo en el proceso, no obstante el grafólogo también puede ser citado para declarar
ante el juez. En estos casos generalmente se nos da poca credibilidad, ya que no
terminan de creerse del todo que sólo con un escrito firmado se pueda llegar a
conseguir un estudio tan profundo de personalidad y la parte contraria intenta
desprestigiar a toda costa nuestros informes.
Poco a poco se van admitiendo nuestros
trabajos con mayor credibilidad y va aumentando nuestro prestigio, no obstante,
todavía no se ha llegado al punto de que exista en los juzgados un listado de
Grafólogos como lo hay de otros Peritos Profesionales.
Esperamos que al final, mediante la constatación
de la valiosa aportación que hace la Grafología, sitúen en el lugar que corresponde esta
prueba, sencilla de aplicar (Cuando se tienen los conocimientos necesarios) y
con un alto índice de acierto en el diagnóstico (Tanto como cualquier otra
prueba de personalidad que se pueda lleva
a cabo por otros especialistas)